Escritora: Anna M

viernes, 27 de septiembre de 2013
Ya tenemos a la tercera colaboradora, ¡qué guay! y tiene una historia muy buena, la cual se estará publicando desde ya mismo.

Así se añade, y se engrosa un poquito el cartel de autores. ¡Espero que disfrutéis!

“Primero vinieron a buscar a los comunistas, y yo no hablé porque no era comunista. Después vinieron a buscar por los socialistas y a los sindicalistas, y yo no hablé porque no era ni uno ni otro. Después vinieron por los judíos, y yo no hablé porque no era judío. Después vinieron a por mí, y para ese momento ya no quedaba nadie que pudiera hablar por mí.”
                                                                                    -Martin Niemoeller

Empecé a entender a las personas homosexuales y lesbianas mediante la lectura de obras literarias. Antes de hacerlo el tema me resultaba difícil y confuso y reconozco que la clave para llegar a entenderlo y aceptarlo fue a través de la lectura.

Defiendo totalmente el derecho de la libertad humana individual. Un derecho como éste se exige y hemos de hacerlo hoy más que nunca, cuando las nuevas tecnologías de la comunicación invaden nuestra intimidad día a día, y yo decidí hacerlo mediante la creación de historias gays,  con el propósito de aportar mi granito de arena en la lucha para desnudar el atraso de la actual sociedad e intentar avanzar.

Negar el derecho a la esfera imaginaria a alguien, significaría excluirla de la comunidad moral y  normativa de personas, que es lo que le ocurre a los individuos a los que se les niega su vida como ser sexuado porque ofende a otros. Si el Estado otorga preferencias a una forma de representación del ser sexuado, infringe el mandato liberal que debe tratarnos a todos como iguales de acuerdo con nuestro igual valor intrínseco. Todos le deben inspirar el mismo interés como personas. La exigencia es de libertad y de igualdad. No es de tolerancia a “personas diferentes”.

SER GAY NO ES UNA DECISION! Es simple y sencillamente una preferencia y una manera diferente de amar. Es una pena que incluso en nuestros días la familia corre peligro al inculcar información homofobica e ignorante. Hay que criar a nuestros hijos en el amor, el respeto y la tolerancia. En saber que está bien ser “diferente”.

No hay nada que celebrar, porque celebrar ser gay es lo mismo que celebrar que te gusta la pizza o el color amarillo. Es algo personal, natural y una mera manera de vivir.

Soy completamente heterosexual, pero apoyo el amor y la expresión del amor en todas su formas. Y Dios también pues nos invita a amar. Sólo amar.



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