Amarrado a ti CAP 5 (Kanou x Ayase)

Kanou: Ayase ¿Con quien has estado? –Miró serio y fijamente al menor-
Ayase: ¿C-como? –Se puso nervioso inmediatamente- C-con nadie ¿p-porque lo dices Kanou san?
Kanou: Hueles diferente ¿Me estas ocultando algo Ayase? Mas vale que no sea así –Dijo serio entrando a la habitación rápidamente empezando a rebuscar en las cosas del menor-
Ayase: Kanou san para! Lo estas desordenando todo! –Dijo nervioso con temor a que el mayor encontrara el numero de Mahiro entre sus cosas-
Kanou: Me estas mintiendo Ayase, se te nota en la mirada –Siguió buscando entre sus cosas y se volteó a mirarle- Si no quieres sufrir más cuéntamelo ahora o si no atente a las consecuencias –Lo miro frío como el hilo, esperando una respuesta-
Ayase: K-kanou san… -Susurró el menor tembloroso-
Kanou: ¿Pero que es esto que me he encontrado aquí? –Dijo en un tono burlesco al encontrar un papel con un número anotado, el menor palideció al verlo-

- Kanou san por favor devuélvemelo! –Rogó el menor que intentó quitarle el papel al mayor pero este lo cogió de un brazo y lo estampó en la pared.
- ¿Me dirás quien es? –Dijo el empresario con el ceño notablemente fruncido.
- S-solo es un amigo Kanou san por favor dame el papel –Suplicó pero el mayor en vez de devolverle el papel, lo soltó y cogió su teléfono.
- Vamos a llamar a ver quien contesta –Dijo en un tono sarcástico, marcando el número.

Ayase estaba nerviosísimo, sabía que eso le iba a costar las salidas. Nunca más iba a poder volver a salir de esas cuatro paredes.

- Oh ¿Quién eres tú? –Preguntó el mayor.
- Mahiro ¿Tú quien eres? ¿Ayase? – Se oyó al otro lado del teléfono.

El mayor colgó el teléfono rápidamente y salió de la habitación encerrando al menor en ella. No iba a permitir que NADIE absolutamente NADIE se llevara a Ayase de su lado.

Ese pequeño rubio le pertenecía a él y solamente él y si tenia que amarrarlo y tenerlo encadenado por el resto de sus días en su casa sin dudarlo lo iba a hacer.

Ahora, de momento tenía que averiguar bien los puntos débiles del tal Mahiro al cual ya odiaba para destruirlo, quería destruirlo con todas sus fuerzas.

Cogió el teléfono y llamó rápidamente a sus lacayos.

- Kuba, averíguame como puedo destruir a Mahiro, el amigo de Ayase, ya sabes cual es, ese empresario de mierda –Suspiró aun oyendo los gritos del menor desde la habitación de que lo dejara salir cosa que ni se le pasaba por la cabeza hacer.

- Hai, no se preocupe. –Respondió como siempre fiel Kuba, sabía que algo había pasado nada más oír a su dueño y como siempre las consecuencias las habría sufrido el pequeño Ayase, y el como siempre, no podría hacer nada para ayudarlo, solo obedecer.

Kanou colgó el teléfono y se sentó en el sofá sobándose la cabeza, ¿Por qué todo era tan difícil? Solo quería tener a Ayase para él. Lo Amaba con todas sus fuerzas y el pequeño no le correspondía. Que triste era su vida.

Se paró y se sentó de espaldas en la puerta de su habitación en la cual al otro lado estaba Ayase, quien ya había dejado de pedir que lo dejara salir ya que sabía que no lo haría.

- Ayase ¿Tú quieres escaparte de mi? –Suspiró el mayor.


Hubo un silencio sepulcral al otro lado de la puerta, el menor había comenzado a llorar. Si, si quería escapar. Lo que hacía Kanou san, retenerlo como un perro no era normal. Pero nunca se había puesto a pensar en los sentimientos del empresario, aunque la cosa era recíproca. Ni el en los suyos, ni él en los suyos.

- N-no lo sé… -Sollozó.

- ¿Me odias? –Preguntó dolido.

- No…  -Volvió a sollozar esta vez más calmado.

- Ayase, yo te amo. Solo quiero que me ames –Suspiró.

- No son los métodos Kanou san –Dijo el rubio ya más calmado.

- Haré lo que sea con tal de que no me desprecies –Respondió decidido.

¿Lo que sea? Pensó el menor. Si el decía que haría lo que fuese, ¿Lo dejaría vivir solo? ¿Podría por fin tener la vida que antes tenía? Si era así, podría volver a visitar a su familia, a quien aún era su familia…Y a Mahiro.

L-lo que quiero es…